domingo, 7 de diciembre de 2014

CONSTRUIR UN ESTADO DEMOCRATICO Y DE DERECHO EN GUINEA ECUATORIAL

Por Juan Cueva Valenzuela, Secretario de Formación del Partido del Progreso

La transición a la democracia en Guinea Ecuatorial ha de ponerse en marcha, como es lógico, una vez desaparecida la dictadura y derribada toda estructura de poder del régimen de Teodoro  Obiang Nguema. No pretendamos creer que esta dictadura  pueda evolucionar hacia la democracia, por muchas reformas que estén dispuestos a llevar a cabo. Así lo hemos comprobado con la célebre Mesa de Dialogo Nacional que pusiera en marcha el Dictador -a la que algunos ilusos se adhirieron esperanzados- como ha supuesto un estrepitoso fracaso. Y es que Obiang no es capaz de hacer nada que suponga un autentico cambio para la vida de los guineanos, siempre quiere jugar  a su favor. Por este motivo, los mismos que han llevado a esta sociedad a una total ruina -económica y moral- no pueden ser en ningún caso, adalides de la democracia. Como tampoco, aquellos que han estado cooperando durante mucho tiempo con el dictador, no pueden venir ahora contritos a decirnos que ellos van a liderar el proceso de transición a la democracia en nuestro país.


No cabe duda, que el proceso de transición a la democracia en Guinea Ecuatorial, debe ser dirigido por un líder político -no valen oportunistas, hombres de paja, militares, ni siquiera personas de renombre- con suficiente carisma y capacidad negociadora, que haya demostrado una seria oposición a la dictadura y un trabajo continuada en favor de la libertad y la democracia de nuestro pueblo. Pero ha de contar siempre con el protagonismo e implicación de toda la sociedad civil guineana y con la adhesión del conjunto de los habitantes de nuestro país. Será esta una tarea ardua  y difícil. No es fácil pasar, de la noche a la mañana, de un régimen autocrático, en el que la aplicación de las leyes se hace de forma arbitraria, a un verdadero estado de derecho y democrático.

Una transición a la democracia ordenada y completa, necesita tiempo. Recordemos que en España se inició en 1975 y se terminó en en 1982.   En Chile desde el 89 al 94 y en Sudáfrica se inicia el 2 de octubre de 1990 (discurso de apertura del parlamento por F.W. de Klerk) y termina con la entrada en vigor de la nueva constitución, el 2 de febrero de 1997. Siempre es un periodo largo de tiempo que puede abarcar varias legislaturas.

En Guinea Ecuatorial, para dar legitimidad y evitar una posible involución golpista, se hace necesario iniciar, lo antes posible, el proceso de convocatoria de elecciones generales, llevado a cabo por un gobierno de transición, con una duración no superior a un año, ni inferior a seis meses. En este primer periodo se pondrá en marcha, primero una ley general de amnistía, a continuación el nuevo Censo Nacional de Población, Censo Electoral y la Ley para la Reforma Política (en España: Ley 1/197, del 4 de enero), que se tendrá que sancionar mediante referéndum y a continuación elecciones  Presidenciales y legislativas.

El Periodo Constituyente lo debe iniciar un parlamento elegido por el pueblo, el cual pondrá en marcha leyes para la reforma de la justicia, reforma del ejército y de los demás cuerpos de seguridad del estado, ley de la Seguridad Ciudadana, Ley de Reforma de las Administraciones Publicas, Ley del Régimen Local, etc. Terminada la redacción de la nueva Constitución, se podrá sancionar en referéndum por todos los guineanos.

El afianzamiento de la democracia, necesita de la supremacía de la ley, como garantía de los derechos, definición de los deberes y protección de las libertades de todo ecuatoguineano. Este será siempre el punto de partida del gobierno de Unidad Nacional y el de los posteriores gobiernos salidos de las urnas, si no es así, se correrá el riesgo de cerrar en falso y ver de nuevo frustradas las esperanzas de este pueblo.

No es menos importante fomentar entre los guineanos un autentico espíritu de reconciliación nacional, que evite los enfrentamientos y los juicios populares ad hoc contra los que han formado parte de la dictadura. Solo la ley debe sancionar los robos, los crímenes y los demás atropellos que se han podido llevar a cabo contra nuestro pueblo.

El nuevo estado democrático y de derecho que debemos construir, debe respetar los derechos humanos de los ciudadanos, atender a una distribución más justa de las riquezas entre sus habitantes,   a desarrollar sistemas de protección social dirigidos a todos los ciudadanos sin excepción y a dedicar una parte importante del presupuesto a planes educativos serios para el mayor número posible de habitantes. Pero también se han de poner las bases de una economía libre y de mercado, que ofrezca garantías jurídicas para la propiedad privada y para las inversiones de los agentes económicos, tanto internos, como externos. Está demostrado que ningún ciudadano emprenderá proyectos de inversión sin unas leyes que le amparen y ningún guineano se pondrá a trabajar la tierra, sin tener la certeza de que los rendimientos revertirán sobre el y sobre su familia. Por tanto, el esfuerzo individual, la iniciativa empresarial y la competitividad, son conductas provechosas que deben ser apoyadas  por el nuevo gobierno salido de las urnas.

Además, para que no nos convirtamos en víctimas del proteccionismo occidental, debemos potenciar y fortalecer unas instituciones que garanticen la estabilidad de nuestra democracia y abra el camino a un crecimiento económico  duradero. En el inicio de un crecimiento económico serio,  debe de estar presente siempre el  marco legal adecuado que contemple la libertad de movimiento de las personas, la de las mercancías y la de los capitales. En definitiva, poner en marcha una democracia social en el marco de una economía libre y de mercado.