martes, 24 de febrero de 2015

MI SEGUNDO ENCONTRONAZO CON CAYO ONDO MBA ANGUE.

¡¡¡"SI ME MANDAN A BLACK BEACH, CONTARÉ TODO LO QUE HE HECHO Y QUIÉN ME HA MANDADO...
"!!!  (GRITÓ, DESENCAJADO, CAYO ONDO MBA ANGUÉ, EN 1995)



* Historia de un asesinato frustrado y otro ejecutado.
* Mi segunda experiencia de tortura.

Por Severo-Matías Moto Nsa, Maestro de Primera Enseñanza, Periodista, Presidente del Gobierno en el Exilio del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial.

Yo llegaba de los Estados Unidos de América, a finales del año1984. Un viaje marcado por las presiones que los diferentes estamentos americanos ejercían, en todos nuestros contactos para obtener pruebas sobre la implicación del Presidente Obiang Nguema en temas de almacenamiento, consumo y tráfico de drogas. Mis declaraciones, en este sentido, tuvieron una primerísima repercusión peligrosa en España, a propósito de una entrevista concedida al periódico “Diario16”. Entrevista que, a su vez fue la espoleta que desencadenó la ruptura con una alta autoridad del Ministerio español de Asuntos Exteriores (M.A.M.C.), celoso protector de Obiang Nguema.
Fruto del duro enfado de España y de Obiang Nguema, fue mi encarcelamiento en Black-Beach a mi regreso a Guinea Ecuatorial, por “injurias y difamación al Presidente”. Me precedió el Secretario de Finanzas del Partido del Progreso, Don T.E.A, encarcelado por sospechoso de conocer al poseedor de una de las más contundentes pruebas documentales de lo que los americanos querían conocer…
Un día después de la detención y encarcelamiento de T.E.A. fui invitado, muy correctamente, (como siempre, tantas veces) a presentarme a la Comisaría de Policía de Malabo (prácticamente convertida en mi segundo despacho…)
Tras un cortísimo interrogatorio, Manuel Nguema Mba me invitó a subirme a su land-rover y me trasladó al Ministerio de Justicia. Antes de que me hiciera bajar del coche, mantuvo una animada charla (caliente) con  el Juez…
Tan pronto como entré en el despacho del Juez, apenas tomamos asiento, irrumpió en el despacho el famoso “Comisario X”. Tras negarse el Juez a recibirle y pedirle que se fuera del despacho, el Comisario “X” pareció enterarse. Pero a la tercera entrada en el despacho, el Juez, visiblemente cabreado amagó con abandonar el despacho; lo que hizo que el “Comisario X” abandonara definitivamente el despacho del juez y se largara, desesperado a rendir cuentas.
La verdad es que el Juez no tuvo apenas tiempo para interrogarme. El interrogatorio era permanentemente interrumpido por las insistentes llamadas telefónicas del Secretario de Estado de la Seguridad, Manuel Nguema Mba. Supe del motivo de las llamadas al escuchar al Juez responder, muy enfadado:
-¿Si había que mandarlo a Black-Beach, para qué lo han traído aquí? ¡¡¡Déjenme hacer mi trabajo, por favor!!!
El Juez colgó el teléfono y se retiró del despacho. Media hora después, el Magistrado descendía las escaleras del Juzgado para entregar la orden de arresto domiciliario que me obligaba a esperar los acontecimientos, encerrado en las oficinas del Partido del Progreso, donde a la vez tenía mi residencia.
Durante este dimes y diretes entre el Comisario X, el Secretario de Estado y el Juez, Se había formado un “sanedrín” en la vivienda del entonces Ministro Secretario de la Presidencia, Ricardo Mangue Obama Nfubea (mi furibundo enemigo). El sanedrín dirigido “a longe” por el propio Obiang Nguema desde la Presidencia, estaba encargado de controlar los pasos a dar para que yo fuera conducido a Black-Beach. Eran las primeras horas de la tarde del viernes, en que las oficinas y el trabajo oficial cerraban sus puertas hasta el lunes. Tres días por medio, para poner fin a mi vida y anunciar el lunes, ¡¡¡mi “escapada” de la cárcel...!!!
Un avispado miembro de las juventudes del Partido del Progreso (J.P.N.A.) se encargó de conocer todos estos pasos del “sanedrín”
El Renault blanco (4-4) de la policía, estaba con sus motores en ralentí, cuando aparecimos el Juez y yo, por la puerta del Juzgado. De pronto irrumpió, echando espumas por la boca, CAYO Ondo Mba Angué. Me invitó, violentamente a subir al coche de la policía. El Juez se interpuso y leyó el documento de mi arresto domiciliario
-¡Llévenlo a su sede, por favor! -sentenció el Juez.
Encorsetado, yo, entre dos policías, en el asiento de atrás, un militante del Partido del Progreso, G.A. irrumpió en el asiento delantero, al lado del policía conductor; y oí que le gritaba:
-¡¡¡El Juez ha dicho que vayamos a la sede!!!
Al llegar a la sede central del Partido del Progreso, nos encontramos con CAYO Ondo Mba Angué incrustado en la puerta de la verja para impedir mi entrada de la sede. Justo cuando comenzaba un amago de reyerta entre la militancia del Partido del Progreso y un Cayo cuyos ojos comenzaban a quedarse ensangrentados de rabia y odio, apareció el coche del Juez:
-Yo he dicho que se quede en la sede. Cualquier cosa que le suceda, no me hago responsable…
Quizás, temeroso de que la muchachada que inundaba los locales y patio de la sedes central del Partido del progreso se volcara sobre él, Cayo salió de ahí con el rabo entre las piernas. “Se la envainó”-como se dice.
CAYO EVACUA SUS ANSIAS DE SANGRE, EN MARTÍN ESONO.
Sobra señalar aquí, que el Magistrado (extraño modelo de fidelidad, honestidad y  cumplimiento del deber profesional) fue fulminantemente cesado por Obiang Nguema (Jefe, desde el palacio presidencial, del “sanedrín” reunido en la casa de Ricardo Mangue Obama Nfubea)
Es fácil comprender que esa noche mi sueño (difícil, por no decir imposible sueño, desde la primera noche en la cárcel Modelo de Bata 6 de octubre de 1976) fue imposible…En la larga y profunda meditación me hallaba, insomne, cuando, a las seis de la mañana, escuché las agitadas y precipitadas declaraciones de un joven, en conversación con los milicianos puestos por el Juez, para que vigilaran la sede del Partido del Progreso.
Asomado en la ventana de mi habitación escuché al joven que comentaba con voz temblorosa, el “accidente de coche” que había tenido CAYO (en cuyo coche iba el joven), por la carretera del aeropuerto de Malabo…
ASI FUE EL “ACCIDENTE DE COCHE” DE CAYO: (Continuará...)